El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

Libro de visitas

Cumple de nuestro amor colombianito

Lilypie - Personal pictureLilypie Kids Birthday tickers

Nuestro tesoro llanerito está con nosotros

Lilypie - Personal pictureLilypie Waiting to Adopt tickers

Nuestro aniversario de boda: El más feliz lo hemos celebrado con Rafa en Bogotá

Daisypath - Personal pictureDaisypath Anniversary tickers

martes, 19 de junio de 2012

cuarto aniversario de la llegada a España de Rafa


 Pues si: ya hace cuatro años que llegamos a España con nuestro hijo.


Los recuerdos de la estancia en Colombia se van diluyendo, y las partes menos coloridas de nuestra experiencia se olvidan.

El recuerdo que más está en la mente era la continua lluvia y el aburrimiento por no poder hacer gran cosa. 
Y también que, la madre Patria tira como nunca cuando estás lejos de ella. Inmensas ganas de volver a España (ya se sabe, España camisa blanca de mi esperanza, a veces madre, siempre madrastra)

El choque con la cultura colombiana fue blandito. Y pasamos de sonreir al oír hablar a los colombianos, a adaptarnos a su particular manera de hablar castellano y acabar hablando como ellos. Aún y así cuando me decía la abogada: ¿Me regala una firma?, yo por dentro sonreía y decía:¡estoy generosa y te regalo hasta dos firmas!.
Pero bueno, son cosas infantiles, y la verdad es que el trato que nos dieron fue excepcional. Gente maravillosa y cordial.


¡Cómo no recordar a Nubia, nuestra abogada en Villavicencio, siempre de un lado para otro, preocupándose por los mínimos detalles!


Y a Juan Carlos y su entonces novia, Mayeli, con los que, en su restaurante el Piccolo, tuvimos largas conversaciones.


Y los taxistas, Luis y Giovanni, tan amables y tan obsequiosos
.
Y en Bogotá, las monjas, que se portaron genial (menos sor Matilde, que a esa, la tenemos enfilada). Un recuerdo a Sor Margarita, una asturiana simpatiquísima.


Dilia y Lucila, también en Bogotá, que nos ayudaron con los papeles.


Y los taxistas de Bogotá, que fueron excelentes cicerones por tan hermosa ciudad.


Y lo más importante: nuestros compañeros de aventuras, Raquel, Antonio y su hijo David. Sin ellos, la estancia en Colombia habría sido otra cosa. Los niños han establecido una relación tan especial, que se consideran primos. Ahora, nos mandamos fotos, y siempre buscamos ocasiones para volvernos a ver. Ahora os toca a vosotros venir a Valencia, tíos adoptivos.


Lugares: en Villavicencio, me quedo con Los Ocarros, un parque zoológico precioso, con unos animales viviendo en semi libertad, y una naturaleza excepcional.


En Bogotá, me quedo con la catedral de Sal de Zipaquirá, donde celebramos nuestro aniversario de boda. Un lugar asombroso.


Pero el recuerdo más hermoso, es ver a nuestro hijo, como crece, y como cambia. 



Bueno, y para celebrarlo, hice una  pizza colombiana, cuya receta ya puse y de la que no saqué foto.


De postre, un brazo de gitano relleno de fresas con nata y cubierto con azúcar glace y chocolate.


Normalmente, este tipo de bizcochos se hace el día anterior. Pero como estamos trabajando con fruta fresca, que suelta agua si lleva tiempo cortada, pues el bizcocho varía.










Hacemos el bizcocho el mismo día, y lo rellenamos de fresas con nata.
Cubrimos con chocolate fondant, espolvoreamos con azúcar glace y ponemos unas fresas haciendo bonito.



 No quedaron ni las migas, estaba de muerte






































Como muestra: mi esposo mantecoso, zampando


Rafa, que con las gafas, está muy mayor (tiene una miopía potente ¿no os lo había dicho)






























Y yo, que, aunque no soy chocolatera, uhmmmm, me lo zampé la mar de a gusto.




Bueno, y una felicitación también para Raquel, Antonio y David, nuestros compañeros de aventura colombiana


Y esto ha sido todo. Ya nuestro hijo se ha hecho mayor, está guapísimo y estamos encantados con él.
Cuando me pregunto si hubiera sido igual la experiencia si pudiera tener hijos biológicos, realmente creo que no. Ningún hijo biológico podrìa substituir a Rafa. Rafa es el hijo de mi corazón, el hijo de nuestro corazón. Y eso no lo puede cambiar nada en este mundo.


Rafa es nuestro regalo